Black Friday: día de locura, día de ofertas, día de descuentos. Sin embargo, bajo la superficie de esta festividad del consumidor, hay algo menos visible pero igual de poderoso en acción: nube. Hoy en día, los minoristas utilizan tecnología basada en la nube para guiar cada paso del proceso de compra, a menudo de formas que no son tan inocentes como parecen. En este post te mostraremos cómo computación en nube permite empujones psicológicos, como precios dinámicos, tácticas de escasez y algoritmos predictivos, todo ello para que compres más. Puedes obtener más información sobre estas tácticas y cómo manipularon nuestra percepción de la responsabilidad personal en nuestro artículo sobre el mito de la huella de carbono. También analizaremos la ética, el impacto ambiental y lo que significa para todos nosotros.
Imagina esto: es la mañana del Black Friday y estás listo para conseguir algunas ofertas. Tienes algunos artículos en mente y empiezas a comprar en línea. Pero lo que no sabes es que detrás de cada bajada de precio, cada cuenta atrás y cada anuncio personalizado hay un sistema basado en la nube diseñado para manipularte.
El Black Friday no se basa solo en buenas ofertas, sino en una máquina bien engrasada diseñada para maximizar las ventas utilizando todos los trucos del libro para conseguir que compres. Y la nube está en el centro de todo. Impulsa los algoritmos y datotácticas impulsadas por los minoristas para influir en ti, analizando miles de millones de puntos de datos en tiempo real para comprender tus preferencias, hábitos y hábitos de gasto.
Entonces, ¿cuál es el resultado? Una experiencia de compra personalizada y cómoda, pero también potencialmente manipuladora. Los minoristas saben cómo presionarte: cuándo mostrarte un descuento, cuándo crear escasez y cuándo hacer que ese artículo del que no estabas seguro de que fuera imprescindible. Veamos cómo funcionan estas tácticas basadas en la nube, cómo influyen en la psicología humana y por qué deberías conocerlas.
Los precios dinámicos son un excelente ejemplo de cómo se puede utilizar la nube para impulsar a los consumidores. Los precios de los productos cambian en función de la demanda, la competencia o incluso su historial de navegación individual. Crees que estás recibiendo una oferta personalizada, pero entre bastidores, los algoritmos basados en la nube trabajan arduamente para extraer el mayor valor posible de cada comprador.
Imagina que llevas todo el día mirando unos auriculares nuevos. Has comprobado el precio varias veces y, de repente, sube. ¿Por qué? Estos algoritmos rastrean cosas como la frecuencia con la que has visto un producto, lo que hay en tu carrito o incluso a qué hora del día compras. Pueden hacer que el precio suba cuando perciben que tu interés ha alcanzado su punto máximo o aplicar una escasez artificial para que sientas que te lo vas a perder. Está diseñado para seguir jugando un instinto humano natural —aversión a la pérdida—que es la idea de que odiamos perder más de lo que disfrutamos ganar. En este caso, la nube permite aplicar estas tácticas de forma muy específica.
Los precios dinámicos no se centran solo en el precio en sí, sino en cómo te sientes con respecto al producto. Un aumento de precio puede generar ansiedad o urgencia y hacerte sentir que si no compras ahora, pagarás más en el futuro. Esta presión emocional es exactamente lo que quieren los minoristas. No se trata solo de hacer una venta, sino de hacerte sentir que comprar ahora es la única opción racional, incluso si eso significa sobrepasar el presupuesto. Para profundizar en cómo la tecnología puede influir en las decisiones de los consumidores, consulta El precio real de las actualizaciones tecnológicas: ¿realmente necesitas un nuevo dispositivo este Black Friday?.
La escasez vende. Es una táctica muy conocida: en el momento en que piensas que algo se va a agotar, se vuelve más deseable. Los minoristas utilizan la tecnología en la nube para ampliar estas tácticas de escasez y aplicarlas a millones de clientes con precisión.
Es un concepto muy conocido. Por ejemplo, supongamos que estás navegando por un dispositivo popular y aparece un banner que dice: «¡Solo quedan 2 en stock!» o «5 personas están viendo esto ahora mismo». Esto no es aleatorio, sino que se calcula en función de lo que la nube sabe sobre usted y el producto. Estas señales aprovechan tu miedo a perderte algo y te obligan a actuar con rapidez antes de que sea demasiado tarde. Puede que la escasez ni siquiera sea real, pero la sensación sí lo es, y es fácil ceder a los impulsos.
La nube permite a los minoristas crear una urgencia que se sienta personal y hace que compres ahora, sin pensarlo dos veces. Lo que antes era una táctica básica de marketing se ha visto impulsada por los datos para ofrecerte una experiencia personalizada a la que es difícil resistirse, pero que, en última instancia, te permite gastar más. Los mensajes sobre la escasez se basan en un instinto primitivo; cuando los recursos son limitados, nuestro cerebro hace que queramos protegerlos antes que alguien más. Este tipo de marketing urgente a menudo contribuye a generar residuos electrónicos, como se explica en Los residuos electrónicos y la nube: una nueva perspectiva sobre la sostenibilidad.
Y no son solo los mensajes de «Solo quedan 2». Piensa en los temporizadores de cuenta regresiva que aparecen en las páginas de los productos o durante el proceso de compra. Estos temporizadores hacen que parezca que se está acabando el tiempo de la oferta de tu vida, pero son solo otra forma de generar ansiedad y urgencia. ¿La realidad? A menudo, la oferta sigue vigente cuando el temporizador llega a cero, pero para entonces, ya has hecho clic en «Comprar ahora».
Los algoritmos predictivos lo llevan al siguiente nivel al intentar predecir lo que quieres incluso antes de que sepas que lo quieres. Con la tecnología de la nube, estos algoritmos estudian tu historial de búsqueda, en qué haces clic y qué has comprado en el pasado. Luego, te presentan recomendaciones personalizadas que parecen asombrosas.
En el Black Friday, estas sugerencias pueden ser especialmente potentes. Los algoritmos saben cuándo llega el día de pago, a qué hora del día compras y qué tipos de ofertas hacen que hagas clic en «Añadir al carrito». Al ofrecer una serie de sugerencias, los algoritmos predictivos pueden difuminar la línea entre lo que necesitas y lo que te empujan a querer. Es la diferencia entre una personalización cuidadosa y, francamente, manipulación del comportamiento.
Cuando ves una sugerencia de algo que solo estabas pensando en comprar, piensas que la tienda te está leyendo la mente. Pero la realidad es que estos sistemas están diseñados para que realices compras impulsivas incluso si el artículo no estaba en tu lista de compras original. Al ofrecer artículos en función de tus hábitos de navegación, estos algoritmos crean una cámara de eco del deseo y te empujan a comprar lo que has echado un vistazo.
No se detiene en artículos individuales. Los minoristas pueden usar estos algoritmos para identificar a los clientes más valiosos (compradores que tienen más probabilidades de comprar artículos caros) y ofrecerles promociones. Es posible que estés buscando un portátil nuevo y, de repente, te encuentres con ofertas en accesorios: una funda de transporte, un ratón inalámbrico o una garantía ampliada. Es una estrategia específica para aumentar tu gasto total.
Estas técnicas impulsadas por la nube pueden aumentar las ventas, pero plantean serias cuestiones éticas. ¿Es justo que la tecnología explote nuestras debilidades psicológicas para ganar más dinero? Los minoristas dicen que la personalización es buena para el consumidor, pero esta perspectiva a menudo ignora el panorama general.
Tenga en cuenta el impacto de la deuda. El estadounidense promedio tiene más de 6.000 dólares en deudas de tarjetas de crédito, y una gran parte de esa cantidad se destina a los principales eventos de compras, como el Black Friday. ¿Qué tan fácil es gastar de más cuando todo el sistema está diseñado para que compres más? Los minoristas tienen las herramientas para incitar a los consumidores a comprar, pero ¿es correcto que lo hagan sabiendo las consecuencias? Estos incentivos personalizados no tienen por objeto ayudar a los consumidores a encontrar lo que necesitan, sino lograr que gasten más de lo que pueden pagar.
También está el costo ambiental—cuanto más compramos, más consumimos y, a menudo, estas compras no tienen una vida útil prolongada. Los aparatos electrónicos rápidos, la ropa que solo se usa una vez o los aparatos que se vuelven obsoletos en un mes contribuyen al despilfarro. El consumo excesivo provocado por la manipulación agrava el impacto ambiental de la producción, el envío y la eliminación de estos productos.
La tecnología que impulsa estas tácticas manipuladoras tampoco deja una huella ambiental. Infraestructura en la nube: piense en gran escala centros de datos—consume mucha electricidad y contribuye a las emisiones de carbono. Estos centros están siempre activos, procesan datos, analizan el comportamiento y permiten las experiencias de compra personalizadas que esperamos. Cada intento de compra no tiene que ver solo con nuestras carteras, sino también con el planeta. Tenemos que preguntarnos si el coste de la comodidad y la personalización compensa la presión que supone para el medio ambiente. Una buena lectura sobre esto es El futuro no es nuclear, está distribuido y compartido.
Si la idea de que te empujen a consumir en exceso te da náuseas, hay una alternativa. Hivenet es un nuevo enfoque de la computación en nube. Es una red descentralizada que no requiere centros de datos masivos que consumen mucha energía propiedad de Big Tech. Al usar Hivenet, puede tener más control sobre sus datos y respaldar una infraestructura de nube que sea mejor para el planeta.
Se trata de quién controla tu información y cómo se usa. Queremos ver cómo la tecnología puede servirnos, no explotarnos. En lugar de confiar en las grandes empresas para gestionar nuestros datos sistemas descentralizados permiten a los usuarios individuales participar en la red en la nube, lo que hace que la infraestructura en sí sea más sostenible y el usuario esté más empoderado.
El enfoque de Hivenet también reduce la necesidad de recopilar datos, lo que fomenta el marketing manipulador. Mediante la descentralización almacenamiento de datos, las personas obtienen privacidad y autonomía, y se puede reducir la huella de carbono de la nube. Es la visión de un futuro en el que la tecnología respete la privacidad personal y los límites ambientales.
Para obtener una visión más amplia de la importancia de la sostenibilidad en este contexto, lea La ventaja de la sostenibilidad: por qué es importante que su proveedor de servicios en la nube sea ecológico.
El conocimiento es poder. Una vez que sepa cómo funcionan los sistemas basados en la nube, puede empezar a defenderse.
A medida que la tecnología avance, el papel de la nube en la manipulación de los consumidores no hará más que aumentar. La promesa de comodidad y personalización puede convertirse rápidamente en un sistema que fomente el consumo excesivo y la presión financiera para cubrir las ganancias trimestrales de unas pocas grandes corporaciones.
Tenemos que preguntarnos si este es el tipo de futuro que queremos. La tecnología puede hacer que nuestras vidas sean más fáciles y estén más conectadas, pero también puede explotarnos. Comprender estas dinámicas es el primer paso para hacer que la tecnología nos sirva de manera ética y respete nuestras elecciones, no para empujarnos hacia un consumo sin sentido.
Va más allá de los consumidores individuales. Las implicaciones sociales del consumismo impulsado por la tecnología son enormes, incluida la forma en que vemos la propiedad, el valor material e incluso nuestras relaciones mutuas. La presión por mejorar, mantener el ritmo y consumir siempre no solo es agotadora, sino que crea una cultura en la que la autoestima con demasiada frecuencia está vinculada a lo que poseemos, no a lo que somos.
El Black Friday puede tener ofertas que son demasiado buenas como para resistirse, pero entender las tácticas ayuda a nivelar las condiciones. Los precios dinámicos, las tácticas de escasez y los algoritmos predictivos pueden resultar inteligentes, pero están diseñados para beneficiar a los minoristas, no a ti.
Al estar informado y al tanto de cómo se utilizan sus datos, puede tomar mejores decisiones. Apoyar alternativas como Hivenet también ayuda a allanar el camino para una tecnología más ética y fácil de usar.
Después de todo, la mejor oferta no es la que le permite ahorrar dinero. Es el que respeta sus derechos y su bienestar.
Los precios dinámicos significan que el precio de un producto cambia en función de la demanda, la competencia o incluso tus hábitos de navegación. Durante el Black Friday, los algoritmos basados en la nube ajustan los precios en tiempo real para incitarte a comprar cuando más te interese, lo que podría generar un mayor gasto.
Las tácticas de escasez crean una sensación de urgencia al hacerte pensar que un objeto está a punto de agotarse. Pancartas como «¡Solo quedan 2!» están diseñados para aprovechar tu miedo a perderte algo (FOMO) y hacerte actuar por impulso. La nube permite que estas tácticas se personalicen y se adapten a millones de clientes.
Los algoritmos predictivos utilizan el historial de navegación, los datos de compra e incluso los hábitos de cronometraje para sugerirte productos que podrías querer comprar. El objetivo de estas recomendaciones es facilitar las compras, pero también difuminan la línea entre lo que realmente necesitas y lo que te obligan a querer.
Las cuestiones éticas están explotando las vulnerabilidades psicológicas con fines de lucro. Las tácticas dinámicas de precios y escasez pueden poner a los consumidores bajo presión financiera y contribuir al daño ambiental debido al consumo excesivo.
Tecnologías en la nube dependen de centros de datos masivos que consumen mucha electricidad y contribuyen a las emisiones de carbono. Cuanto más compramos, más producción y más residuos se producen, lo que aumenta el impacto medioambiental.
Hivenet es una red de nube distribuida que utiliza dispositivos individuales, no centros de datos masivos que consumen mucha energía. Ofrece más privacidad y control sobre los datos y reduce la impacto ambiental de la computación en nube.
Sé consciente de cómo funcionan los precios dinámicos, los mensajes de escasez y los algoritmos predictivos. Usa rastreadores de precios como CamelCamelCamel, establece un presupuesto estricto, limita la exposición de datos con herramientas de privacidad y considera la posibilidad de apoyar tecnologías descentralizadas y distribuidas como Hivenet.
Sí, herramientas como CamelCamelCamel y Honey pueden rastrear los cambios de precios y garantizar que obtenga una oferta real, no un precio inflado artificialmente durante los picos de demanda.
La manipulación del consumidor impulsada por la tecnología crea una cultura de mejoras y consumo constantes en la que la autoestima suele estar vinculada a las posesiones materiales. Esto puede tener un impacto negativo en la salud mental, la estabilidad financiera e incluso en las relaciones.
Distribuido soluciones en la nube que no utilizan grandes centros de datos, como Hivenet, respetan su privacidad y reducen el control corporativo sobre sus datos. También reducen el consumo de energía.