July 25, 2023

10 datos reveladores sobre los centros de datos que cambiarán su perspectiva

Los centros de datos, esos caballos de batalla silenciosos de la era digital, son tan misteriosos como indispensables. Pero la verdad es que tienen más secretos que una novela de espías de primer nivel. Envueltos en el secreto y la seguridad, operan a puerta cerrada, procesan nuestros datos, mantienen nuestra vida digital en marcha y, en su mayor parte, permanecen fuera de la vista y de la mente.

Pero, ¿entendemos realmente qué son y qué hacen?

Estos son 10 datos reveladores sobre los centros de datos que probablemente no conocías.

1. Los centros de datos están demasiado sedientos de energía

Los centros de datos son notorios consumidores de energía. Según un estudio del Departamento de Energía de los Estados Unidos, los centros de datos representaron alrededor del 1% del consumo mundial de energía en 2020, y las predicciones sugieren un aumento espectacular en los próximos años. Esta sed de energía no se debe solo a la increíble cantidad de procesamiento que estos centros llevan a cabo a diario. Los sistemas de refrigeración, diseñados para evitar que estos enormes almacenes de servidores se sobrecalienten, también consumen una parte importante de esta energía. Para poner las cosas en perspectiva, un gran centro de datos funciona a una escala similar al consumo de energía de una ciudad pequeña. Al igual que un SUV estadounidense clásico, son grandes, potentes y conocidos por su consumo de combustible.

Para combatir el problema del consumo de energía, los ingenieros han trabajando en tecnología de eficiencia energética, como el uso de fuentes de energía renovables o sistemas de refrigeración avanzados. Sin embargo, la propia naturaleza de los centros de datos, que exigen un tiempo de actividad constante y velocidades de procesamiento ultrarrápidas, significa que seguirán siendo actores importantes en el escenario energético mundial.

2. Los desechos electrónicos son el resultado no deseado de los centros de datos

«Fuera lo viejo y adentro lo nuevo». Este mantra está en el corazón del mundo de la tecnología, y los centros de datos no son la excepción. A medida que la tecnología evoluciona, los servidores y equipos más antiguos se vuelven obsoletos y es necesario reemplazarlos, lo que lleva a una cantidad significativa de residuos electrónicos, o residuos electrónicos.

Lamentablemente, gran parte de estos residuos electrónicos terminan en vertederos, donde contribuyen a contaminación ambiental. Cuando los residuos electrónicos se desechan de forma inadecuada en los vertederos, los materiales tóxicos pueden filtrarse en el suelo y las aguas subterráneas, lo que afecta no solo a nuestra salud sino también a la de los animales terrestres y marinos. Los desechos electrónicos representan casi el 70% de los metales pesados tóxicos en los vertederos, y estos productos químicos, como el mercurio, el cadmio, el berilio y el plomo, pueden contaminar el suelo, las vías fluviales y el aire, contaminando los ambientes y afectando negativamente a la vida humana y marina.

Con esto en mente, algunas empresas, incluida Hive, están haciendo esfuerzos para reciclar y reutilizar los equipos más antiguos. Esa es toda la filosofía en la que se basa el sistema distribuido de Hive: utilizar el almacenamiento inactivo de nuestros dispositivos en lugar de utilizar los grandes centros de datos.

Sin embargo, el rápido avance de la tecnología, combinado con la creciente demanda de procesamiento de datos, significa que los desechos electrónicos seguirán siendo un problema importante en el futuro previsible.

3. Agua, agua por todas partes, pero ni una gota de sobra

Los centros de datos no solo consumen grandes cantidades de electricidad, sino que también tienen una sed increíble. Los sistemas de refrigeración, esenciales para mantener los servidores a la temperatura adecuada y evitar el sobrecalentamiento, consumen enormes volúmenes de agua. En 2014, los centros de datos de EE. UU. utilizó 626 mil millones de litros de agua, suficiente para llenar 250.000 piscinas olímpicas.

Suena aterrador, ¿verdad? Especialmente con el aumento del calentamiento global y la escasez de agua se está convirtiendo en una preocupación creciente en todo el mundo.

Y si quieres que pase de ser aterrador a ser una locura por fracturación hidráulica: los humanos han bombeado tanta agua subterránea en los últimos 50 años, hemos alterado el giro de la Tierra.

Este importante consumo de agua presenta un importante desafío ambiental, especialmente en las regiones donde la escasez de agua es una preocupación grave. Como resultado, las empresas de tecnología y los operadores de centros de datos están explorando varias soluciones innovadoras para reducir el consumo de agua, incluido el uso de sistemas de refrigeración por aire e incluso la ubicación de los centros de datos en climas más fríos para aprovechar la refrigeración natural.

Pero, ¿es eso realmente suficiente?

4. El sonido del silencio: emisiones de ruido de los centros de datos

Puede que la contaminación acústica no sea lo primero que le venga a la mente cuando piensa en los centros de datos, pero es una preocupación muy real. La acumulación de miles de servidores al mismo tiempo puede generar una cantidad considerable de ruido. Por este motivo, los centros de datos suelen estar ubicados en áreas remotas, lejos de los barrios residenciales.

Si bien los datos concretos sobre el impacto de esta cacofonía digital son un poco escasos, algunos estudios sugieren que no es precisamente música para los oídos de quienes viven en los alrededores. Los problemas de salud, el estrés y los trastornos del sueño se encuentran entre denunció a personas que se estrellaron en fiestas en esta ruidosa fiesta.

Los centros de datos son como los conciertos de heavy metal del mundo digital, con niveles de ruido promedio que alcanzan los ensordecedores 92 dB (A) alrededor de las áreas de servidores y unos espeluznantes 96 dB (A) dentro de los racks de servidores. Y eso, amigos, es como intentar celebrar una reunión de negocios en un festival de rock. Solo como referencia, un concierto de heavy metal puede ser muy ruidoso, con niveles de sonido que oscilan entre 80 dB y 120 dB.

En resumen, es posible que los centros de datos estén tocando una melodía demasiado alta para su comodidad, lo que no solo influye en el trabajo, sino que también puede afectar al bienestar de quienes viven cerca de estos «maestros» digitales.

Sin embargo, quedarse en la calle no es una solución milagrosa. Las emisiones de ruido de los centros de datos aún pueden afectar a la vida silvestre local, alterando el comportamiento de los animales e incluso haciendo que eviten ciertas áreas. Para abordar este problema, algunos centros de datos están invirtiendo en tecnologías de reducción del ruido y planificando estrategias para mitigar su impacto en los entornos circundantes.

5. Creación de empleo: calidad por encima de cantidad

Cuando se trata de la creación de empleo, los centros de datos a menudo pintan una imagen de color de rosa, que promete un importante impulso a las economías locales. Sin embargo, un examen más detallado revela una realidad más compleja y menos favorable. La promesa de creación de empleo debe sopesarse con los desafíos y posibles inconvenientes que estas instalaciones pueden traer a las comunidades locales.

Los centros de datos, por su naturaleza, están altamente automatizados y requieren una fuerza laboral especializada, lo que significa que crean menos empleos que las industrias tradicionales. Los empleos que crean a menudo requieren un nivel tan alto de experiencia técnica que son ocupados por especialistas traídos de otros lugares en lugar de por residentes locales. Esto puede conducir a una forma de desplazamiento económico en la que los beneficios de la creación de empleo no se distribuyen de manera uniforme entre la comunidad local.

6. Los centros de datos frente a las comunidades locales: una relación de amor y odio

Los centros de datos tienen una relación compleja con las comunidades locales. Contribuyen a la economía local y crean puestos de trabajo, de eso no hay duda. Pero también pueden agotar los recursos locales, como el agua y la energía, y aumentar la contaminación acústica.

Los centros de datos a menudo requieren grandes parcelas de tierra y una infraestructura importante, lo que puede provocar cambios en el uso del suelo e incluso afectar los precios de las propiedades locales. En países como los Países Bajos, la oposición local a los centros de datos está aumentando, y las comunidades hablan cada vez más sobre los costos ambientales y sociales. La vida útil de un centro de datos, por lo general de 15 a 20 años, también genera preocupación por el impacto a largo plazo en las comunidades, ya que a menudo dejan grandes estructuras sin usar.

Algunas comunidades acogen con satisfacción las oportunidades de inversión y empleo que puede ofrecer un nuevo centro de datos, mientras que otras se preocupan por el impacto ambiental y el consumo de recursos.

7. Transparencia: el manto invisible de los centros de datos

Empresas de nube, bajo el disfraz de seguridad, mantienen un alto grado de confidencialidad sobre sus centros de datos, aparentemente para minimizar el riesgo de acceso no autorizado y manipulación. Sin embargo, este secreto se extiende hasta el punto en que incluso sus ubicaciones a veces se mantienen ocultas, con medidas de seguridad física como barreras a prueba de choques, puntos de entrada limitados y patrullas de seguridad regulares que fortalecen aún más estas fortalezas clandestinas.

Dentro de estas instalaciones, existe un laberinto de controles de acceso para evitar que personas no autorizadas accedan a los datos de los clientes o instalen hardware malintencionado. Si bien estas medidas se consideran necesarias para protegerse contra las amenazas de seguridad, como los ataques de denegación de servicio, el robo de información confidencial, la alteración y la pérdida de datos, también sirven para crear un entorno opaco en el que la rendición de cuentas puede resultar esquiva.

La protección de un centro de datos implica un enfoque de varios niveles, que abarca la seguridad física, los controles de acceso, la capacitación del personal y la implementación de modelos de seguridad avanzados, como el modelo Zero Trust. Sin embargo, la eficacia e integridad de estas medidas se toman en gran medida al pie de la letra, dada la falta de transparencia.

Si bien los centros de datos pueden argumentar que este nivel de secreto es necesario para la seguridad, plantea importantes preocupaciones sobre la responsabilidad y la confianza. El hecho de que nuestros datos personales y confidenciales se almacenen en estas instalaciones ocultas y fuertemente fortificadas, cuyas operaciones se mantienen en gran medida fuera de la vista del público, dista mucho de ser una solución óptima. Subraya la necesidad urgente de adoptar enfoques más transparentes, responsables y centrados en el usuario para el almacenamiento y la gestión de datos en la era digital.

8. Los centros de datos son una gallina de los huevos de oro para los inversores

Los centros de datos, a pesar de su alto retorno de la inversión, tienen una vida útil sorprendentemente corta de 15 a 20 años. Esta existencia efímera plantea dudas sobre su sostenibilidad a largo plazo y su impacto ambiental. Además, la magnitud de los recortes de impuestos que se ofrecen a las empresas de tecnología por establecer centros de datos a menudo eclipsa sus contribuciones a las comunidades locales.

Es cierto que el mercado mundial de centros de datos, valorada en aproximadamente 190 000 millones de dólares hace unos años, en 2020, se prevé que supere los 500 000 millones de dólares en 2030 (cuidado con las proyecciones y sus falsas promesas), pero también es cierto que contribuyen de manera importante a las emisiones mundiales de carbono y consumen enormes cantidades de electricidad y agua. Su rápida obsolescencia también contribuye a la generación de residuos electrónicos, como hemos visto anteriormente. Si bien los centros de datos pueden ofrecer retornos financieros rápidos, su impacto ambiental y su consumo de recursos presentan importantes preocupaciones.

¿Cuál es el costo y el valor reales de los centros de datos?

9. La mayoría de los datos de los centros de datos son basura

Bueno... La mayoría de los datos almacenados en los centros de datos no son necesariamente «basura» (¿o sí?) sino datos no utilizados o subutilizados, a menudo denominados «datos oscuros». Los datos oscuros se refieren a los datos que se recopilan y almacenan, pero no se analizan activamente ni se utilizan con fines comerciales. Según Veritas Technologies, se prevé que los datos oscuros se desperdicien hasta 6,4 millones de toneladas de dióxido de carbono al año.

Esto pone de relieve el impacto medioambiental del almacenamiento y la gestión de datos que no contribuyen activamente a generar información o valor empresarial. Sin embargo, es importante tener en cuenta que los centros de datos también almacenan y procesan datos valiosos y necesarios para diversos sectores y aplicaciones. Los centros de datos desempeñan un papel fundamental a la hora de respaldar la transformación digital, posibilitar las actividades en línea y proporcionar infraestructura para todos los sectores de la economía.

Pero esto plantea la pregunta: ¿son realmente tan importantes para las necesidades de los consumidores?

10. Los centros de datos son parte del problema del «crecimiento infinito»

Como nos acercamos al final del artículo, pensamos que el último punto necesitaba una explicación más... vívida. Todos sabemos que vivimos en un planeta de recursos finitos. Lo que tenemos es lo que tenemos, y cuanto más rápido lo usemos, antes tendremos en nuestras manos un planeta agotado que necesita ser salvado.

¿Qué tiene que ver eso con los centros de datos?

Piense en los centros de datos como un amigo muy hambriento que siempre pide más pizza (todos tenemos un amigo así) a cambio de reproducir en streaming nuestros programas favoritos en su ordenador superrápido. A medida que seguimos transmitiendo, compartiendo y almacenando más contenido en línea, es como si pidiéramos a los centros de datos que coman más y más pizza todo el tiempo. Esto significa que necesitamos más y más de estos «amigos amantes de la pizza» (los centros de datos) en todo el mundo. Y este es el truco: no solo necesitan espacio para sentarse (lo que a menudo significa menos espacio para la madre naturaleza), sino que también necesitan un montón de electricidad para seguir funcionando y mantenerse frescos, como una fiesta de pizza con aire acondicionado sin parar. Luego está el problema de todas esas cajas para pizza (el equipo del centro de datos), que hay que fabricar, usar y luego tirar a la basura (una vez más, el problema de los desechos electrónicos).

Esta fiesta digital cada vez mayor y amante de la pizza está causando un grave problema de «crecimiento infinito» que debe analizarse si queremos mantener el planeta limpio y saludable.

Hive y hiveDisk: un punto de inflexión

En respuesta a estos desafíos, están surgiendo nuevas soluciones como hiveDisk para llenar el vacío de soluciones sostenibles que respeten la Tierra y las comunidades locales. Nuestra solución aprovecha el poder de la computación distribuida para aliviar algunos de los impactos ambientales y sociales de los centros de datos tradicionales. Al utilizar la capacidad sobrante de los dispositivos de uso diario, como los teléfonos inteligentes y las computadoras portátiles, podemos reducir la necesidad de centros de datos centralizados. Además, al distribuir los datos entre varios dispositivos, también podemos mejorar la seguridad y la resiliencia.

Obtenga más información sobre hiveDisk y hiveNet y cómo estamos creando la nube del futuro.

Siempre hay otro camino. De la manera correcta.

Los centros de datos son una parte vital de nuestra vida digital, pero conllevan una serie de desafíos. A medida que aumenta nuestra dependencia de los servicios digitales, también aumenta la importancia de encontrar formas sostenibles, eficientes y socialmente responsables de almacenar y procesar los datos. Al comprender mejor los centros de datos, podemos tomar decisiones informadas sobre los servicios digitales que utilizamos y las empresas a las que apoyamos. Y tal vez podamos tomar la decisión correcta y pasar de las soluciones centralizadas a una nube distribuida que respete el medio ambiente y se centre en las comunidades.

Cambia tu perspectiva.

Cambia a Hive.

¿Cómo impactan los centros de datos en los ecosistemas locales más allá del consumo de agua? ¿Qué otros factores ambientales podrían verse afectados?

Los centros de datos impactan los ecosistemas locales de varias maneras más allá del consumo de agua. Si bien el uso del agua es una preocupación importante, también contribuye a la contaminación acústica, lo que podría perturbar la vida silvestre y afectar su comportamiento. Además, la infraestructura y el funcionamiento de los centros de datos pueden provocar cambios en el uso del suelo y afectar a los ecosistemas y la biodiversidad locales. Además, la eliminación de los desechos electrónicos de equipos obsoletos puede contribuir aún más a la contaminación ambiental y afectar la calidad del suelo, el agua y el aire en las áreas circundantes.

¿Qué medidas específicas están tomando empresas como Hive para abordar los desafíos ambientales y sociales que plantean los centros de datos tradicionales? ¿Cómo funciona exactamente y cuáles son los beneficios potenciales?

Empresas como Hive abordan los desafíos ambientales y sociales que plantean los centros de datos tradicionales mediante soluciones innovadoras, como la computación distribuida, y el aprovechamiento de la capacidad sobrante de los dispositivos de uso diario. La computación distribuida implica distribuir las tareas de procesamiento de datos en varios dispositivos en lugar de centralizarlas en grandes centros de datos. Al utilizar los recursos inactivos de dispositivos como teléfonos inteligentes y ordenadores portátiles, Hive pretende reducir la dependencia de los centros de datos centralizados, minimizando así su impacto medioambiental y mejorando la seguridad y la resiliencia.

¿Cómo contribuyen los centros de datos a las emisiones globales de carbono y cuáles son las posibles soluciones para mitigar su impacto ambiental?

Los centros de datos contribuyen significativamente a las emisiones globales de carbono a través de su consumo de energía y la generación de residuos electrónicos. Más allá del uso directo de energía para alimentar servidores y sistemas de refrigeración, la producción, el funcionamiento y la eliminación de la infraestructura del centro de datos también contribuyen a las emisiones de carbono. Para mitigar este impacto, las posibles soluciones incluyen la transición a fuentes de energía renovables, la implementación de tecnologías de eficiencia energética y la optimización de los diseños de los centros de datos para lograr la máxima eficiencia. Además, mejorar las prácticas de administración de datos para minimizar el almacenamiento de datos innecesarios o subutilizados puede ayudar a reducir el consumo de energía y las emisiones de carbono asociadas a los centros de datos. Estos esfuerzos requieren un enfoque holístico que tenga en cuenta los aspectos operativos y de infraestructura de los centros de datos para lograr reducciones significativas en su huella ambiental.

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